Capítulo 2 :
Los desarrolladores
Como recordatorio, fue en 1811 y 1812 cuando se colocaron las primeras cubiertas de zinc laminado en Lieja, allanando así el camino para una aplicación potencialmente rentable de este nuevo material.
La iniciativa provino de un industrial llamado N.J Doreye. ¡Él es el antepasado de los instaladores de zinc!
En el primer capítulo, detuve mi historia en 1813, cuando François-Dominique Mosselman compró la patente de refinado de zinc del Abbé Dony.
¿Quién es el señor Mosselman? Este es descendiente de una rica estirpe de carniceros y pañeros bruselenses desarrolló el negocio familiar del textil y el comercio de cereales, convirtiéndose pronto en proveedores de los ejércitos prusianos y luego, oportunamente, de los franceses, cuando la Revolución se exportaba a Flandes.
Visionario: ¡François-Dominique Mosselman tiene la intuición de un mercado de fuerte crecimiento!
A finales de 1794, François-Dominique Mosselman abrió una casa bancaria en París que experimentó un rápido crecimiento. Vivió entre Bruselas y París. Entre 1813 y 1824, adquirió las plantas iniciales vinculadas a la extracción, producción y transformación de zinc, incluida la mina y las fábricas de Moresnet, las plantas de Hergenrath, Saint-Léonard y Angleur (en el departamento francés de Ourthe), así como las minas de carbón de Foxhall y Darford (en Inglaterra).
Fue en 1815 cuando el zinc Vieille Montagne se probó por primera vez en una modesta cubierta en París.
El mismo año Napoleón perdió la batalla de Waterloo y abandonó el poder.
Sin un nexo causal, el zinc está despegando. Lo vemos conjugar con las formas curvas de las llamadas cubiertas imperiales de la rue de Rivoli a principios de la década de 1820. La técnica de listones se está desarrollando. Los sistemas de fijación y unión se han actualizado durante décadas.
François-Dominique Mosselman debe defender sus títulos de propiedad sobre la Vieille Montagne, en particular la planta de la rica mina Altenberg, codiciada por los prusianos y los holandeses. Estos últimos, al no poder llegar a un acuerdo, crearon en 1816 un territorio neutral de unos pocos kilómetros cuadrados alrededor de la mina, cuya administración finalmente dejaron en manos del director de la planta. ¡Te contaré esta increíble historia que durará más de un siglo!
Luego, en 1830, Bélgica obtuvo su independencia. Nombra a su embajador en Francia. Es un príncipe. Su nombre es Charles Le Hon.
Por casualidad su esposa es Françoise “Fanny” Mosselman, la hija de François-Dominique, nuestro banquero-comerciante.
El duque Charles de Morny: el embajador de la industria del zinc
Fanny Mosselman es apodada por Honoré de Balzac "Iris de ojos azules, la embajadora de cabellos dorados". Tan encantadora como inteligente e intrigante, recibió la flor y nata de la política, las artes y las finanzas francesas de la época en la mansión privada Chaussée d'Antin (comprada al banquero Récamier en 1805 por su padre) y se convirtió en la sede de la Embajada de Bélgica.
En 1832, Alfred Mosselman, hermano de Fanny, se hizo cargo del negocio familiar. Creó una especie de sociedad de cartera llamada “Mosselman frères et sœurs”, en la que el Banco de Bélgica inyectó unos 800.000 francos en 1838.
Un día de 1833, el duque de Morny, hijo ilegítimo de la reina Hortense y del general de Flahaut, nieto de Talleyrand, brillante e influyente aristócrata, fue invitado a una fiesta en la embajada belga. ¡Inmediatamente se enamora de la bella embajadora a quien hará su amante durante más de veinticinco años!
Un hombre de negocios astuto, De Morny puso sus intereses en la floreciente industria azucarera. A los ojos de Fanny, se convirtió en accionista activo de la "Société des Mines et Fonderies de la Vieille Montagne" que se creó en 1837. De Morny se convirtió así en el gran embajador de la industria del zinc. Fanny financiará su irresistible ascenso en la política.
Porque es este mismo duque de Morny, quien en 1851, está en el origen del golpe de Estado que pone en el trono a su hermanastro, Napoleón III. Se convertirá en la eminencia intelectual del Emperador.
La historia de la Vieille Montagne acaba de encontrarse con la Gran Historia.